Nos divertimos haciendo experimentos caseros
En el primer taller de «cocinando ciencia» de verano, los niños y niñas se convirtieron en verdaderos pequeños científicos experimentando con materiales caseros y mucha creatividad. Una tarde llena de aprendizaje, diversión y descubrimientos que quedará en sus memorias.
El primer experimento fue una fermentación rápida, donde mezclamos agua, levadura y un poco de azúcar. Al colocar un globo en la boca de la botella, pudimos ver cómo el dióxido de carbono (CO₂) producido inflaba el globo. Una forma sencilla y divertida de demostrar cómo los microorganismos producen gases y cómo estos se pueden aprovechar para observar reacciones químicas.
A continuación, los participantes crearon su propia plastilina casera usando ingredientes fáciles de conseguir: harina, sal, agua y colorante. Cada uno amasó y dio forma a sus creaciones, explorando la textura y desarrollando su imaginación. Los colores vivos y las figuras originales llenaron la sala de imaginación y mucha harina exparcida por todos lados.
Para terminar, realizamos una espectacular erupción volcánica al aire libre. Con vinagre y bicarbonato recreando la erupción de un volcán y observamos cómo la mezcla burbujeante salía expulsada como si se tratara de lava. Los gritos de sorpresa y emoción mostraron lo impactante que puede ser ver la ciencia en acción.
Además de aprender conceptos de química y biología, desarrollaron habilidades manuales y, sobre todo, disfrutaron mucho experimentando. Gracias a actividades como estas, fomentamos la curiosidad científica y el gusto por aprender de una forma divertida y práctica.












